¿Cómo nace la codependencia?
Dentro del área en adiciones, una característica en la dinámica familiar es la codependencia. Esta se desarrolla en la relación con uno mismo y la relación con los demás. Algunas de las cosas que para otros dan por sentado pero para personas con codependencia resultan complicadas, son: experimentar niveles adecuados de autoestima, establecer límites funcionales, asumir y expresar su propia realidad y ocuparse de sus necesidades y deseos de adulto.
La codependencia surge en un sistema familiar de abuso, donde el cuidador cree que el maltrato es normal, por ejemplo:
Pegar con cinturón, abofetearlo, gritarle, ponerle apodos que lo ridiculicen, permitirles ver su sexualidad (dormir con ellos, ver desnudos cuando tiene de 3 a 4 años de edad), no enseñarles técnicas de higiene como bañarse, peinarse, usar desodorante, limpiarse los dientes, mantener su ropa libre de polvo, entre otros. El cuidador espera que el niño lo sepa todo por sí mismo.
¿Quién desarrolla codependencia?
La codependencia concierne a todas las personas que sacrifican su esfuerzo, tiempo o dinero para salvar a conocidos, pareja o familia.
Una persona así tendrá tendencia a entrar en relaciones con personas que tienen muchos problemas sociales o financieros, además de ignorar los problemas de su vida propia.
Algunos signos son: tendencia a pensar sólo en el bienestar del otro y no de él mismo, sin tener en cuenta sus propias necesidades. Adicionalmente, existe la tendencia a confundir el amor con lástima, involucrarse con personas con problemas psicológicos, sentido exagerado, sentirse heridos cuando las personas no llegan a reconocer el esfuerzo, dependencia en relaciones no sanas, miedo al abandono, necesidad de aprobación o reconocimiento, controlar a otros y falta de confianza en sí mismo.
Hay que entender la codependencia, ya que a muchos preocupa. Recuperarse puede parecer fácil, pero lleva tiempo y esfuerzo. Por ello, hay que sintonizar sentimientos con los comportamientos, despegar o alejarse un poco de los demás y dejar que los demás se cuiden, sin necesidad de hacerlo uno mismo. Y esto no se trata de que la persona ya no nos importe, sino que de esta forma tendremos más espacio para cuidar de nuestras propias necesidades.
Creencias en la crianza y desarrollo de codependencia
Algunas creencias que llegan a tener los cuidadores es que si no ponen reglas rígidas la vida de sus hijos, esta se saldrá de control. Nunca se disculpan con sus hijos cuando cometen un error (piensan que disculparse equivaldría a demostrar debilidad), y creen inconscientemente que los pensamientos de los niños tienen poca validez.
En consecuencia, pueden decir “no debes sentir eso” o “no es para tanto”, lo que promueve la des validación de sus emociones y detona que sientan que está mal sentirse o pensar de cierta manera.
Por otro lado, algunos padres optan por sobreproteger, lo que conlleva que en un futuro sean incapaces de hacerle frente a la vida. Así también mantienen relaciones íntimas con los hijos, los usan como confidentes y comparten secretos que van más allá del nivel de desarrollo del infante (esto también es abusivo).
He aquí la importancia de que se pueda comprender cómo es que la manera de crianza determina muchas veces el cómo sentimos, pensamos y actuamos en nuestro entorno. Incluso es un factor influyente en cuando al consumo de sustancias adictivas, ya que se tiene un carácter vulnerable e influenciable.
Ante una infancia herida, una invitación a los lectores es el ser conscientes, para poner un alto a relaciones violentas. En este sentido, si se sienten identificados con este estilo de crianza, no duden en acercarse a una atención psicológica y ayuda en rehabilitación de adicciones.
En Clínica SER la AYUDA está LISTA.
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Elizabeth Romero Zarate
Licenciatura en Psicología, Maestría en Adicciones
Cedula profesional: 11299915
Terapeuta en Clínica SER
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