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La importancia de sanar heridas (Parte 2)

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Evolucionar nuestras experiencias, no es un acto ideológico, es el resultado de un profundo proceso emocional es algo que requiere coraje y una actitud comprometida.

Pero vale la pena todo este trabajo, ya nos enseña Confucio que solo puede ser siempre feliz el que sepa ser feliz con todo, tomar la vida tal como es, a nosotros tal como somos, a los demás tal como son y tal como fueron.

Para resumir lo antes mencionado los dejo con un cuento que nos brinda una reflexión sobre esta temática.

ANÉCDOTAS DE UNA TAZA

Se cuenta que una vez, en Inglaterra, existía una pareja que gustaba de visitar las pequeñas tiendas del centro de Londres. Una de sus tiendas favoritas era una en donde vendían vajillas antiguas. En una de sus visitas a la tienda vieron una hermosa tacita.

– ¿Me permite ver esa taza? -preguntó la Señora-. ¡Nunca he visto nada tan fino como eso!

En cuanto tuvo en sus manos la taza, escuchó que la tacita comenzó a hablar y le comentó:

– Usted no entiende. Yo no siempre he sido esta taza que usted está sosteniendo. Hace mucho tiempo yo solo era un montón de barro amorfo. Mi creador me tomó entre sus manos y me golpeó y me amoldó cariñosamente. Llegó un momento en que me desesperé y le grité: “¡Por favor, ya déjame en Paz!”, pero solo me sonrió y me dijo: “Aguanta un poco más, todavía no es tiempo”. Después me puso en un horno. ¡Yo nunca había sentido tanto calor! Me pregunté por qué mi creador quería quemarme, así que toqué la puerta del horno. A través de la ventana del horno pude leer los labios de mi creador que me decían: “Aguanta un poco más, todavía no es tiempo”. Finalmente se abría la puerta. Mi creador me tomó y me puso en una repisa para que me enfriara. “Así está mucho mejor”, me dije a mí misma, pero apenas me había refrescado cuando mi creador ya me estaba cepillándome y pintándome.

¡El olor de la pintura era horrible! Sentía que me ahogaría. “¡Por favor detente!” le gritaba yo a mi creador, pero él solo movía la cabeza haciendo un gesto negativo y decía: “Aguanta un poco más, todavía no es tiempo”. Al fin dejó de pintarme; pero esta vez me tomó y me metió nuevamente a otro horno. No era un horno como el primero, sino que era mucho más caliente. ¡Ahora si estaba segura que me sofocaría! Le rogué y le imploré que me sacara. Grité, lloré, pero mi creador solo me miraba diciendo «Aguanta un poco más, todavía no es tiempo». En ese momento me di cuenta que no había esperanza. ¡Nunca lograría sobrevivir a ese horno! Justo cuando estaba a punto de darme por vencida se abrió la puerta y mi creador me tomó cariñosamente y me puso en una repisa que era aún más alta que la primera. Allí me dejó un momento para que me refrescara. Después de una hora de haber salido del segundo horno, me dio un espejo y me dijo: “¡Mírate! Esta eres tú”. ¡Yo no podía creerlo! ¡Esa no podía ser yo! Lo que veía era hermoso. Mi creador nuevamente me dijo:

“Yo sé que te dolió haber sido golpeada y amoldada por mis manos, pero si te hubiera dejado como estabas, te hubieras secado. Sé que te causó mucho calor y dolor estar en el primer horno, pero de no haberte puesto allí, seguramente te hubieras estrellado. También sé que los gases de la pintura te provocaron muchas molestias, pero de no haberte pintado tu vida no tendría color. Y si yo no te hubiera puesto en ese segundo horno, no hubieras sobrevivido mucho tiempo, porque tu dureza no habría sido la suficiente para que subsistieras. ¡Ahora tú eres un producto terminado! ¡Eres lo que yo tenía en mente cuando te comencé a formar!”

Igual pasa con nosotros. No hay situación que no podamos soportar. Las adversidades son el artesano y nosotros somos el barro. Las dificultades están allí para amoldarnos y nos dan forma para que lleguemos a ser una pieza perfecta.

En Clínica SER® se ofrece un Programa de Rehabilitación de Adicciones Integral, donde, se cuenta con un modelo profesional de atención que conjunta a un equipo de especialistas y terapeutas ampliamente calificados que trabaja con la familia para que esta sepa cómo orientar y ayudar a su ser querido Llámanos, podemos ayudarte. Tu llamada es confidencial y no constituye compromiso alguno.

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Psic. Jehú Rosales Gómez. Terapeuta de Clínica SER

Referencias: “Cuentos para pensar” Jorge Bucay

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