«Eso es solo una etapa», «todos lo hacen», «mejor que tome en casa y no en la calle». ¿Qué otras frases como estas has escuchado de alguien que busca negar la adicción de alcohol en adolescentes? Aunque bien intencionadas, estas expresiones forman parte de un repertorio común de creencias que pueden impedir reconocer la verdadera dimensión del problema.
El fenómeno de adolescentes con alcoholismo no es un juego ni una simple travesura. De hecho, la adicción al alcohol es una conducta de riesgo que puede escalar rápidamente, provocando consecuencias emocionales, físicas y/o sociales con efectos perjudiciales a mediano y largo plazo.
Por ello, es fundamental que, como padres, reconozcamos lo que es mito y lo que es realidad sobre la adicción al alcohol en los adolescentes para actuar a tiempo. ¡Continúa leyendo para saber más al respecto!
Mito N° 1: ¿es cierto que los adolescentes con alcoholismo solo transitan una «fase pasajera»?
Aunque parezca sorprendente, la respuesta a esta pregunta tan común es no. Si bien algunos adolescentes pueden probar el alcohol por curiosidad, sin desarrollar dependencia, otros están en un alto riesgo de hacerlo. Es crucial recordar que el cerebro en desarrollo es especialmente susceptible a los efectos del alcohol, lo que puede provocar cambios permanentes en la toma de decisiones, la regulación emocional y el control de impulsos.
Cuanto antes comience el consumo, mayor será la probabilidad de que evolucione hacia la adicción. Minimizarlo como una simple «fase» puede retrasar una intervención médica necesaria y empeorar la situación. Si observas patrones repetitivos de consumo, mentiras relacionadas con el tema o cambios en el comportamiento de tu hijo adolescente, es fundamental consultar con un profesional.
Mito N° 2: ¿beber en casa con supervisión previene el consumo problemático?
Este es uno de los mitos más comunes sobre los adolescentes con alcoholismo. Aunque permitir que un joven beba en casa puede parecer un «método de control», los estudios indican que normalizar el consumo desde una edad temprana puede incrementar el riesgo de abuso. ¿Por qué sucede esto? Porque la supervisión no elimina los efectos nocivos del alcohol ni cambia la manera en que el cerebro adolescente lo procesa.
Además, permitir que un adolescente consuma alcohol en un entorno controlado puede enviar un mensaje confuso: «está mal hacerlo fuera, pero aquí sí es aceptable». Esto puede resultar en una mayor permisividad hacia el consumo en otros contextos. En lugar de seguir esta estrategia, una forma más efectiva de prevenir el alcoholismo es establecer límites claros y fomentar un diálogo abierto sobre los riesgos del alcohol.
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Mito N° 3: ¿la adicción de alcohol en adolescentes puede superarse sin ayuda profesional?
Si bien algunos jóvenes pueden reducir o suspender el consumo de alcohol por sí solos, este no es siempre el caso. La mayoría necesita apoyo médico especializado para enfrentar no solo la adicción, sino también las causas que la originan, como:
- Baja autoestima
- Presión social
- Ansiedad
- Conflictos familiares
Sin un acompañamiento adecuado, es probable que el problema se oculte, se traslade a otras sustancias psicoactivas o reaparezca con más intensidad. Un tratamiento integral que incluya apoyo psicológico, terapia familiar y seguimiento médico ofrece mejores resultados.
Creer en mitos puede resultar cómodo, ya que brindan una sensación de conocimiento sobre el tema. Sin embargo, esto puede ser peligroso. La adicción al alcohol en los adolescentes no desaparece por sí sola ni se soluciona solo con buena voluntad.
Como padres, es nuestra responsabilidad informarnos, observar sin juzgar y actuar con determinación cuando algo no va bien. Si crees que tu hijo tiene problemas con el alcohol, no esperes a que «se le pase solo». Buscar ayuda es un acto de amor y protección. En Clínica SER, estamos listos para acompañarte en este camino.
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