
«Nosotros estamos bien, el problema es él» «Con que él se recupere, todo volverá a la normalidad» «Yo vine solo a acompañarlo» Frases como estas suenan inocentes, incluso lógicas. Pero, en realidad, esconden un peso emocional enorme: la negación de que la familia también necesita sanar. Cuando un ser querido entra en rehabilitación, muchas familias asisten a terapia solo «por compromiso».
De esta manera, los integrantes de la familia escuchan y asienten, pero no se abren realmente. No hablan del miedo, la culpa, el enojo, la vergüenza ni del agotamiento. ¿La razón? Resistencias emocionales. Si no se trabajan en terapia, esas resistencias se convierten en «saboteadoras silenciosas» durante el proceso de recuperación.
En Clínica SER, trabajamos con las familias más allá del discurso, para ayudarlas a decir lo que callaron por años. Y si quieres saber más sobre lo que la familia no dijo en la terapia de rehabilitación de adicciones y las resistencias emocionales al cambio, quédate con nosotros y continúa leyendo.
¿Por qué la familia también necesita terapia durante la rehabilitación?
Las resistencias emocionales al cambio producen que la familia necesite ser tratada en terapia, porque la adicción no solo afecta al paciente, sino a todo el sistema familiar. Durante el consumo, cada miembro de la familia asumió roles, defensas y patrones que también deben revisarse.
No basta con que el adicto cambie, la familia también necesita moverse del lugar donde quedó atrapada. Además, la terapia familiar no es para «señalar culpas», sino para liberar emociones no expresadas y construir nuevas formas de relación más sanas y sostenibles.
¿Qué son las resistencias emocionales y cómo afectan el proceso?
Se llaman «resistencias emocionales» a los mecanismos inconscientes que empleamos para evitar el dolor, el cambio o enfrentar verdades difíciles.
Algunas resistencias comunes en las familias de personas con adicción son minimizar la situación, hablar solo del paciente, desviar el tema con humor o, incluso, mostrarse excesivamente comprensivos sin explorar lo que realmente sienten.
Estas resistencias pueden frenar el avance del tratamiento, porque la recuperación no es solo del adicto, sino de toda la dinámica que lo rodea.
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¿Cómo puede la familia empezar a soltar estas resistencias?
¿Por qué la familia acude a terapia? Porque es una de las mejores maneras que existen para comenzar a soltar las resistencias emocionales. El primer paso es admitir que existen, sin culparse. No es necesario hablar de todo durante la primera sesión, sino permitirse ir soltando las defensas de manera gradual.
Solicitar ayuda, validar el agotamiento emocional, decir lo que dolió o aún duele, es parte fundamental del proceso. En Clínica SER, ofrecemos espacios de contención emocional en los que cada integrante puede ir descubriendo su propia voz, sin presiones ni juicios, y así sanar en profundidad.
Finalmente, recuerda que lo no expresado también pesa. Las palabras guardadas, las emociones no mencionadas, los silencios elegidos… también integran la historia familiar que necesita sanar. Lo que hoy se esquiva, mañana se repite. Si la familia no cambia junto al paciente, la recuperación será vulnerable.
Sabemos que es fundamental trabajar con toda la red de apoyo, no solo con quien padece la adicción. Sanar no es solo dejar de consumir, sino también dejar de callar.
¿Preocupado por un familiar adicto? Llena nuestro formulario y un especialista de nuestro centro de rehabilitación se pondrá en contacto contigo para brindarte el apoyo necesario. Suscríbete a nuestro boletín de noticias y mantente informado de nuestras actualizaciones y servicios.
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