La preocupación por un familiar que podría estar consumiendo drogas es una experiencia angustiante y compleja. Es fundamental reconocer que, aunque hay síntomas claros, no siempre se debe asumir lo peor.
Muchas veces, los cambios en el comportamiento pueden ser resultado de factores externos o problemas personales que no necesariamente están relacionados con el uso de sustancias. Por eso, es importante observar y analizar la situación con calma antes de llegar a conclusiones precipitadas.
¿Cómo se si consumió mi familiar?
Hay síntomas emocionales y físicos evidentes cuando hay consumo de drogas, no obstante, no asumas inmediatamente que la persona lo está haciendo. Podría haber otras razones por las cuales se comporta de manera inusual.
Señales emocionales del consumo de drogas
Entre las señales emocionales del consumo de drogas que podríamos notar en un familiar están:
- Mal humor, excitación, ira, hostilidad, depresión.
- Irritabilidad, agresividad y/o distracción.
- Mentir y robar constantemente dentro de casa.
- Negarse a reconocer los efectos nocivos de las drogas.
- Guardar secreto sobre las llamadas telefónicas.
- Tener amigos que no quieren que conozca o de los que no quieren hablar.
- Contestar con evasivas cuando se le pregunta dónde ha estado.
- Pérdida de motivación.
- Falta de interés en la vida cotidiana.
- Faltar a clases.
- Disminución en el rendimiento escolar o laboral.
- Descuido en el cumplimiento de obligaciones y deberes.
Señales físicas del consumo de drogas en un familiar
Dentro de las señales físicas podemos encontrar:
- Somnolencia (Estado en el que se tiene sensación de cansancio, pesadez, sueño, embotamiento de los sentidos y torpeza en los movimientos).
- Temblor.
- Ojos enrojecidos, pupilas dilatadas sin motivo aparente.
- Falta de interés en la higiene personal y aspecto descuidado en el vestir.
- Arrastrar las palabras.
- Pérdida o aumento exagerado del apetito.
- Movimientos descoordinados.
- Ojeras.
- Horarios de dormir irregulares (tendencia a dormir en el día y permanecer despierto por la noche).
- Frecuentes resfriados y tos.
- Pérdida de peso.
Abordar el tema del consumo de drogas en un familiar requiere sensibilidad y comprensión. Si bien los signos pueden ser alarmantes, es esencial acercarse a la situación con empatía y sin juicios. Existen recursos y profesionales dispuestos a ayudar tanto a la persona afectada como a su familia, promoviendo un entorno de apoyo y sanación. No dudes en buscar ayuda si sientes que lo necesitas; la comunicación abierta puede ser el primer paso hacia la recuperación.
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