La familia y codependencia: ¿cómo empezar a dejarla?
Como vimos anteriormente, el sobreproteccionismo y el constante rescate del familiar en adicción generan una problemática mayor en la parte afectiva. Esto convierte a los familiares en codependientes, donde el mantenimiento de una relación hacia una persona controlada por un objeto de dependencia contribuye a la conducta de consumo y otros comportamientos neuróticos.
Los familiares, a menudo, están centrados en el otro y preocupados por sus problemas, descuidando sus propios objetivos, intereses y emociones. Esto se debe a su incapacidad para reconocer o expresar sus sentimientos y a su necesidad auto-negligente de ayudar a su familiar.
Los codependientes suelen tener dificultades para reconocer su comportamiento excesivo al atender las necesidades del adicto, abandonando las propias. Para superar la codependencia, es necesario identificarla, aceptarla y enfrentarla. El codependiente debe darse cuenta si está justificando su comportamiento, a menudo, aferrándose a la espiritualidad o religiosidad.
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Familia y codependencia: la importancia de revisar el historial familiar
Es esencial realizar un recuento de la historia familiar para identificar los aspectos que pudieron influir en la codependencia. Esto permite encontrar en el pasado cómo se lidiaba con los problemas, aprendiendo a desconectarse de las emociones como un mecanismo de defensa para evitar el dolor.
Para ello, es necesario identificar con honestidad los sentimientos genuinos no resueltos, experimentados en las diferentes etapas de la vida, especialmente durante la infancia. Así, se puede comprender por qué se ha intentado proteger a un familiar durante tanto tiempo, evitando enfrentar los traumas o heridas de su historia, lo que puede llevar a una negación.
Este proceso no siempre es fácil y, por lo general, requiere tiempo, por lo que es fundamental ser muy honesto consigo mismo.
Familia y codepedencia: ¿cómo desprenderse de los problemas ajenos?
Un aspecto esencial a trabajar es aprender a desapegarse de lo que obsesiona, lo que permite centrarse en uno mismo. Aprender a soltar implica renunciar a una excesiva involucración en los problemas ajenos y dejar de intentar cambiarlos. Esto significa dejar de gastar energía en las preocupaciones del otro y asumir la responsabilidad personal.
Es importante aclarar que soltar no equivale a abandonar a la persona dependiente. Al hacerse cargo de su responsabilidad, se perpetúa la irresponsabilidad del otro. Cuanto más se intente solucionar los problemas del familiar, menos este aprenderá a resolver sus propios desafíos, creando un círculo vicioso en el que ni el dependiente ni el codependiente avanzan.
Para romper con la codependencia, es recomendable buscar ayuda profesional psicológica, ya que el proceso puede resultar difícil de manejar por sí solo. Por ello, en la próxima entrega, continuaré con más información sobre el cómo dejar la codependencia.
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Mtro. Psicól. Adrián Alberto Pérez Méndez
Maestría en Psicología Clínica Infanto–Juvenil
Psicoterapeuta en Clínica SER
Cédula Profesional 11050830
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